Fecha Expedición: 21 de Diciembre de 2012
Lugar: MOLLY MALONE´S c/ Manuela Malasaña, 11.Madrid
Participantes: Paula, Ángel, Dani, David, Carlos, Elián y Nuria
Elección de Pub: Elián
Llegó el solsticio de invierno, no había acabado el mundo, era viernes... y la tropa decidió reunirse a tomar unas cervezas. Para esta ocasión elegimos un pub con un nombre muy popular en Irlanda: Molly Malone. En pleno barrio de Malasaña, se encuentra este lugar con el nombre de una de las canciones más populares de la Isla Esmeralda. La canción habla de una joven pescadera llamada Molly Malone, que iba por los aledaños del puerto de Dublín vendiendo mejillones y berberechos en un carrito, y que murió de unas fiebres en plena calle.
Para esta cita tuvimos varias bajas debido a viajes Navideños y enfermedades. Pero poco a poco el grupo fue creciendo.

Al entrar, una agradable penumbra inunda todo el espacio. A la izquierda se encuentra la barra, que es la zona más iluminada de todo el pub y recorre todo el local hasta el fondo. A la derecha está lleno de mesas de todos los tamaños. Todo en madera. Llegados al fondo y a la izquierda hay diferenciadas dos zonas más con mesas, sillas y sillones. Elegimos esta última parte por su tranquilidad y espacio.
Para la primera ronda sólo estábamos dos personas. Nos pedimos las correspondientes pintas de Guinness y nos dedicamos a saborearlas mientras hablábamos de la gente que nunca llega a la hora acordada. Como experimento, realizamos la cata de Guinness con "Juanolas". Esos experimentos que practicas al pensar: "si me gustan las dos cosas, seguro que mezcladas están mejor". Parece ser que el experimento sólo me gustó a mí. La Guinness estaba bien tirada en tiempo, pero como siempre; no en temperatura. No estaba tan fría como en el pub anterior, pero sí demasiado.

Durante la noche pedimos rondas de Guinness, Murphys, Heineken, Paulaner y NewCastle. No la pedimos, pero tenían sidra Strongbow. El precio de todas las pintas: 5 euros. Algunas veces el vaso no correspondía con la cerveza que estabas bebiendo. No sabemos si porque era viernes y el pub estaba lleno; o que es la costumbre y no cuidan esos detalles. Lo que si tenían; como si los fueran a prohibir, eran posavasos. Algo que nos vino genial para los dibujos de DavidGJ.
Y aprovechando que tenían la cocina abierta, pedimos unas cuantas raciones. Todo muy rico, pero poca variedad para vegetarianos. Algo de lo que sí se preocupan en el desayuno, ya que en la carta tienen Irish Breakfas para vegetarianos.
Había dos camareros de habla inglesa. Uno de ellos pelirrojo, lo que debería puntuar doble. Al bando masculino heterosexual les prometí que haría saber que: "la camarera es muy guapa".
La música estaba muy bien: como The Rolling Stone, Morrisey, Dolly Parton... Y aunque en la zona en la que estuvimos era tranquila, la música estaba demasiado alta en el resto del local.
También debo hablar de los baños. Situados en la planta inferior, recalcar que el baño masculino se reconoce por un cartel en la entrada que pone "Orcos". No quiero imaginar lo que ocurre tras esas puertas.
Tuvimos la visita express de Nuria, que aún estando convaleciente; se pasó a saludar y a tomarse algo. Y aunque faltó gente por las fechas, estuvimos los que teníamos que estar.
Un pub amplio, donde puedes elegir estar tranquilo con los amigos o mezclarte con todo el mundo. Buena carta, regular cerveza, rica comida y muy buena música. Estuvimos hasta el cierre, así que como siempre; lo mejor, la compañía.
Puntuación del local: 21 puntos
Opinión: volveremos. Estuvimos a gusto hasta que cerraron. Y tenemos pendiente probar el Irish Brekfast para vegetarianos.










